Según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), en España se producen unas 125 muertes al año por intoxicación por monóxido de carbono. Estos son los pacientes que no han podido atenderse a tiempo o con éxito, pero en realidad los afectados que llegan a hospitales de todo el país se cuentan por miles.

La mayoría de estos casos tienen su origen en el hogar, por lo que seguir pautas de seguridad y contar con mecanismos de prevención son dos estrategias combinables que podrían salvar muchas vidas.

Intoxicación por monóxido de carbono: qué es y síntomas

Una de las mejores maneras de prevenir este tipo de circunstancias es con información. En las siguientes líneas puedes descubrir en qué consiste este tipo de intoxicación y qué síntomas se asocian al mismo.

Pero, sobre todo, lo más importante es saber cómo evitar una intoxicación de este tipo y, en caso de detectarla, cómo actuar. Todo ello puedes aprenderlo a continuación:

Qué es una intoxicación por monóxido de carbono

La intoxicación por monóxido de carbono es aquella situación en la que este gas se acumula en la sangre.

A consecuencia de esta acumulación, el cuerpo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos por este monóxido de carbono, lo que ocasiona daños graves en los tejidos, con consecuencias incluso mortales.

Síntomas de una fuga de monóxido de carbono

La detección de una fuga de monóxido de carbono que pueda estar causando efectos en una persona se puede lograr identificando síntomas que son muy comunes en estas situaciones.

Como desventaja ante el monóxido de carbono, nos encontramos ante un gas que no tiene olor, sabor ni color. Por este motivo, si identificamos una posible fuga o notamos síntomas de intoxicación en una persona, tenemos que actuar cuanto antes.

Los síntomas más comunes son los siguientes (a menudo presentes de forma combinada entre ellos):

  • Dolor de cabeza. Es la señal más frecuente y de las primeras que se produce. Además, suele ser bastante intenso.
  • Sensación de debilidad.
  • Mareos que no se van.
  • Náuseas o vómitos.
  • Sensación de que falta aire.
  • Visión borrosa.
  • Somnolencia.

Y estos son los síntomas que pueden considerarse como leves. Si la situación se agrava o la persona tiene algunas circunstancias personales que faciliten un empeoramiento de esta intoxicación, como puede ser el caso de personas mayores, algunas reacciones pueden ser como las que describimos en este listado:

  • Confusión.
  • Pérdida del control muscular.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Pérdida de memoria.
  • Cambios evidentes en la personalidad.
  • Problemas para realizar movimientos.

Los síntomas de una intoxicación por monóxido de carbono ya son peligrosos en cualquier circunstancia, pero los efectos que pueden desencadenar presentan todavía un mayor riesgo, dado que la persona afectada puede acabar entrando en coma o incluso que fallezca.

Pero incluso evitando esta conclusión de una intoxicación por este gas, también hay riesgos a largo plazo, sobre todo relacionados con secuelas neurológicas y efectos adversos cardiovasculares.

Intoxicación por monóxido de carbono: cómo evitarla

La mayor parte de los casos conocidos de intoxicación por monóxido de carbono se originan en los hogares.

Este gas se emite por el uso de calderas, calentadores de queroseno, estufas, lámparas portátiles, faroles, generadores portátiles o al quemar carbón o madera, entre otras situaciones. A todo ello hay que sumar el monóxido de carbono emitido por los vehículos que están con el motor encendido.

Las buenas prácticas con el uso de estos elementos ayuda a reducir lo máximo posible el riesgo de intoxicación.

Si se tiene cualquiera de estas fuentes de monóxido de carbono en casa, es importante que estén alejadas y en perfectas condiciones, para evitar fugas o que, si se producen, sus efectos no puedan actuar tan rápidamente.

Uno de los mejores consejos para ello es contar con buenos sistemas de ventilación, para garantizar que los espacios en los que se utilizan no están excesivamente cerrados, lo que propicia una acumulación de este gas.

Aquí debemos incluir también los garajes particulares o comunitarios con poca ventilación. Si mantenemos el coche encendido demasiado tiempo en estos espacios, el gas se acumulará y podrá provocarnos los efectos descritos.

Hay otra situación en la que existe un alto riesgo de intoxicación por monóxido de carbono. Es cuando se produce un incendio. Las personas que han estado demasiado tiempo bajo estas condiciones, pueden inhalar una gran cantidad de este gas.

Incluso aunque no tengan síntomas evidentes, deben ser atendidos y vigilados por profesionales médicos, con el fin de descartar cualquier problema y de actuar ante cualquier necesidad sanitaria de urgencia.

Para prevenir estas situaciones, los servicios de mantenimiento de la calefacción o de cualquier sistema de este tipo, permiten garantizar que no hay averías o desgastes que produzcan fugas de este tipo.

Además, es conveniente invertir en algunos sistemas de alarma y detección, como los detectores de monóxido de carbono. Gracias a ellos podrás advertir más fácilmente si se produce cualquier fuga, para actuar a tiempo.

Cómo actuar ante una fuga de dióxido de carbono

Es complicado identificar una fuga de dióxido de carbono por las características de este gas. Pero si conseguimos detectarla o notamos síntomas relacionados, es importante actuar deprisa.

En el espacio en el que nos encontremos tenemos que abrir puertas y ventanas, para propiciar la mayor ventilación posible. Si es viable, lo más recomendable es salir del lugar y acceder a un espacio al aire libre.

Siempre debemos llamar a emergencias o a los bomberos según las características de cada situación. Primero, para atender a las personas afectadas y, en segundo lugar, para encontrar la fuente emisora del gas y contenerlo.

Una vivienda requiere dedicación, mantenimiento, reparaciones y la protección apropiada. Aun así, pueden suceder imprevistos. Lo mejor es tener las coberturas adecuadas ante esas situaciones, como las que puedes aprovechar en el seguro de hogar de MásMóvil Seguros.

Disfruta de la tranquilidad de un hogar completamente protegido e invierte tanto en sistemas de calidad como en servicios profesionales de mantenimiento, para evitar en la medida de lo posible tener que afrontar situaciones de este tipo.