El monóxido de carbono representa un peligro tanto para las personas como para los seres vivos en general.
Por este motivo, una fuga de monóxido de carbono es algo que se quiere prevenir a toda costa en cualquier vivienda o inmueble o, si se produce, al menos que pueda detectarse cuanto antes.
El monóxido de carbono no solamente supone un riesgo por su toxicidad, sino también por sus características, ya que no tiene olor, color ni sabor. Tampoco afecta rápidamente a los ojos o a la nariz como otros gases sí lo hacen, por lo que es más difícil detectarlo.
El proceso, además, es lento. Este gas puede respirarse sin ser conscientes de ello y comenzar a ser progresivamente más grave. Hasta que no pasa una hora o incluso más tiempo, no es fatal, pero mientras tanto la persona sufre un envenenamiento constante que, entre otras consecuencias, le puede dejar dormida sin capacidad de reaccionar.
¿Cómo se produce una fuga de monóxido de carbono?
Aunque los fabricantes invierten todo lo posible en crear sistemas que reduzcan el riesgo de una fuga de monóxido de carbono, en la práctica convivimos con muchos elementos que pueden ocasionar este problema. Estos son algunos de los más comunes:
- Calderas y calefactores.
- Parrillas a leña o carbón.
- Hornos a gas o a leña.
- Estufas.
- Motores de combustión.
La fuga de monóxido de carbono se debe a la concentración excesiva de este gas nocivo, ya sea por una quema incompleta del material o bien por la existencia de algún tipo de avería.
¿Por qué es importante detectar la presencia de monóxido de carbono en el hogar?
El problema de una fuga de monóxido de carbono es que sus consecuencias sobre el cuerpo humano pueden ser fatales.
Una intoxicación moderada puede llegar a provocar inconsciencia, convulsiones, sensación de ahogo, hipotensión o incluso el coma. Si la intoxicación es grave, a menudo es mortal. Y no solo con un riesgo inmediato, sino también a largo plazo.
Si se ha sufrido una intoxicación grave de monóxido de carbono y se ha conseguido auxilio a tiempo, hay veces que en las semanas posteriores aparecen síntomas como pérdida de memoria, falta de coordinación o trastornos del movimiento, entre otros.
Por tanto, una fuga de monóxido de carbono representa un riesgo alto para nuestra salud, que hace muy necesario el reconocimiento inmediato y las medidas de socorro apropiadas en cada situación.
Aprender a reconocer los signos de la presencia de monóxido de carbono
El monóxido de carbono no tiene color, ni olor, ni sabor. Así que es bastante difícil reconocerlo. Por ese motivo, debemos fijarnos todo lo posible en los signos que son clara evidencia de que se está produciendo una fuga.
Hay que tener en cuenta que estos signos no aparecen en la totalidad de los casos y que pueden darse de forma aislada o combinados y en diferentes grados.
Los signos iniciales de que se ha producido una fuga de monóxido de carbono son dolor de cabeza y mareos. Poco a poco suele derivar también en somnolencia.
El problema de quedarse dormido durante una fuga de este tipo es que se sigue respirando el gas nocivo, hasta que se produce un envenenamiento grave o incluso mortal.
También es posible sentir debilidad y cansancio sin razón aparente. En casos más graves, la persona sufre náuseas o vómitos y puede llegar a perder el conocimiento.
Otros signos de una fuga de monóxido de carbono son palpitaciones y dolor en el pecho. Si se agravan, pueden provocar un paro cardiorrespiratorio.
El problema de una intoxicación por monóxido de carbono es su similitud en cuanto a síntomas respecto a otros problemas similares como intoxicaciones alimentarias, gripes o incluso accidentes cerebrovasculares. Por estos motivos, es conveniente la revisión de médicos especialistas que puedan descartar o detectar consecuencias derivadas de una fuga de este gas.
¿Qué hacer si hay una fuga de monóxido de carbono?
En caso de detectar que, efectivamente, se ha producido una fuga de monóxido de carbono, es importante tanto atender a las víctimas como acondicionar el lugar:
- Abre puertas y ventanas para ventilar el espacio y evitar que el monóxido de carbono siga concentrándose.
- Retira a la víctima fuera del inmueble para que respire aire fresco.
- Contacta con emergencias para que acudan cuanto antes a atender a las víctimas y a identificar el origen de la fuga de monóxido de carbono.
- Es posible que le suministren oxígeno complementario o bien oxígeno hiperbárico para su recuperación. En todo caso, es conveniente un seguimiento en un centro médico u hospitalario, para descartar consecuencias más graves o a largo plazo.
Por descontado, lo ideal es prevenir las fugas de monóxido de carbono. Hay ciertas acciones que puedes hacer en casa para evitar que se produzcan estos accidentes:
- Intenta mantener el ambiente siempre ventilado y fresco.
- No duermas con sistemas de calefacción encendidos que puedan conllevar este riesgo.
- Invierte en sistemas de climatización eficientes y avanzados, que descarten este problema.
- Realiza un mantenimiento periódico a todos los sistemas de calefacción del hogar para detectar posibles averías.
- Evita encender motores a combustión en espacios cerrados como un sótano o un garaje.
- Instala sistemas de detección que puedan identificar al instante una fuga de monóxido de carbono y alertar a las personas que estén en ese inmueble.
Y si se ha producido una avería en el sistema de calefacción o daños consecuentes de ello, aprovecha tu seguro de hogar de MASMOVIL para recuperar un estado óptimo de la instalación y evitar este tipo de riesgos.